sábado

LIDERAZGO II

FUENTES DE CONOCIMIENTO EN EL LIDERAZGO.

Cuando pretendemos liderar una actividad, donde están implicados grupos de personas que elaboran un determinado bien o servicio, debemos buscar una combinación equilibrada entre la visión de conjunto y el conocimiento centrado en acciones concretas.

Así G. Stein nos referencia: “La visión de conjunto sin el detalle de la experiencia concreta queda vacía; la experiencia sin el alcance que aporta el enfoque humanístico, pierde fuerza. Como enseña la teoría kantiana del conocimiento: los conceptos sin el contenido procedente de las intuiciones de la experiencia sensible permanecen vacíos; las intuiciones sensibles sin la luz racional procedente de los conceptos permanecen ciegas sin significado alguno. El conocimiento nace de la suma de ambos.

Ciertamente, cuando se interpretan los acontecimientos cotidianos y el futuro se aproxima, a la luz de analogías históricas, se adquiere una visión luminosa. La ausencia del conocimiento básico de la historia de la empresa (laboral y mercado) nos deja en manos de los clichés y las modas, tan propias de la literatura del management”.

jueves

LIDERAZGO I
HOMBRE Y MUJER

Es claro que la empresa hoy es de hombres. La mujer es complicado que llegue a una situación de mando, de jefatura y menos que pueda ser encumbrada a los altares del liderazgo. Todas las mujeres que están en puestos de responsabilidad lo hacen basadas en una diferencia notable con respecto a sus homólogos varones, si no nunca podrían mantenerse en sus puestos.

Voy a presentar mi opinión de una forma clara: la mujer tiene una estructura psicológica distinta al hombre, las tareas a realizar las desempeña de manera más clara, concreta y organizada. Además, el varón tiene comportamientos más centrados en su ser animal, las pasiones se exteriorizan más violentamente. La fuerza física asoma a poco que la situación sea comprometida. Esa fuerza se transforma no en violencia pero si en acciones que descargan la energía. Sin embargo, la mujer, más cerebral, busca formas menos enérgicas pero no por ello menos eficaces. El cambio de papeles en la sociedad y el nacimiento de una igualdad basada en el derecho, está haciendo que la mujer se integre poco a poco, y sin correr a posiciones de mando.

No por ello, debemos dejar de tener presente que la gran mayoría son empleadas en posiciones donde todos sus jefes son hombres y sus salarios son menores. Si lo dudas amigo lector, sólo tienes que preguntar a las dos primeras personas que te encuentres de ambos sexos.

El hombre en la medida que está determinado por su ser animal, sino lo tiene controlado, se le puede mediatizar con reclamos sencillos y más próximos a las cavernas que al siglo que nos toca vivir. El comportamiento honesto, la ética, el respeto y su compromiso es más firme en la mujer dentro del mundo de los negocios.

The Washington Quality Group, nos informa: “ El miedo a los errores y la idea de que ella lo puede hacer mejor condicionan con más fuerza que en el hombre su intención de delegar”. Ante esta afirmación cabe mucha palabra, así que callo.

La dedicación a la empresa es demostrado que es mayor por parte de los hombres. Sin embargo, mi opinión es sencilla, eso es peor. Las personas necesitan un equilibrio personal (psicológico y emocional) a él sólo se llega por medio de realizar una cóctel de actividades. El estar en el trabajo por cientos de horas sólo puede demostrar que no se sabe donde estar mejor, sobre todo si la presencia en el puesto no lleva aparejado ningún logro de importancia, no trae resultados. “La mujer ha aprendido a compatibilizar la vida personal con la laboral (la profesional que gustan los hombres decir) y eso se traduce en actitudes que no aportan los hombres y que además dan resultados”. Es cierto que sin dedicación y ocupación sobre los objetivos a conseguir es difícil conseguir resultados cuando, además, los negocios, los mercados, los entornos profesionales, se comportan de manera cambiante, caótica y sin orden bien marcado. Sin embargo, la lucha no es de un día, incluso en la guerra, se come, se ríe, se duerme, se ama, se sueña, se pierde el tiempo aunque el enemigo esté en la trinchera enfrentada y de la victoria dependa la suerte de nuestra gente. Otra cosa es que las muchas horas en el trabajo no sean más horas de estar deslocalizado de una relación de pareja infértil, nada creativa y enclaustrada en la rutina que al no dedicar tiempo es lo imperante.

En suma: “Se trata de un acuerdo testimonial cuyo único fin es demostrar a la sociedad que el talento no tiene sexos” quizá tiene formas diferentes de presentarse, y un lenguaje social aceptado o no.


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